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SDDR Y SIG

Los sistemas de gestión:

SDDR y SIG

Legalmente, las empresas que producen envases están obligadas a gestionar sus residuos una vez que se consume el producto. Después, las empresas tienen la responsabilidad de recuperar los residuos de sus envases para que sean reciclados causando el mínimo impacto medioambiental. Para ello, tienen dos vías para gestionar estos residuos; el SIG (Sistema Integrado de Gestión) y el SDDR (Sistema de Depósito Devolución y retorno)

La entidad que se encarga del SIG es Ecoembes (Ecoembalajes España S.A), que se presenta como una organización sin ánimo de lucro que tiene prácticamente el monopolio de la gestión de residuos en España con más de 12.000 empresas adheridas. Esas empresas transfieren la responsabilidad de gestionar sus residuos a Ecoembes a cambio de pagar una tasa llamada “Punto Verde”.

 El SDDR

Por otro lado, también existe el SDDR que a día de hoy es minoritario en España, aunque ha sido implantado con bastante éxito en otros países europeos como Alemania, Finlandia y Dinamarca. Este sistema funciona de la siguiente manera: cuando el consumidor compra un producto, paga un pequeño depósito que se le devuelve en el momento en el que retorna el envase y lo deposita en alguna máquina de SDDR que suele ubicarse en los comercios. De esa manera, podrían ser reciclados o reutilizados con mayor facilidad. Este sistema es el más apoyado por organizaciones defensoras del medio ambiente como Retorna.org o Greenpeace.

Las diferencias entre ambos métodos son claras. En el caso del SDDR nos encontramos ante un sistema de economía circular en el que se le da una segunda oportunidad a los envases y pueden ser fácilmente reciclables, ya que los tipos de envases están muy bien clasificados, mientras en el caso del SIG tan solo recicla una parte de los productos, ya que algunos residuos como los briks son muy difíciles de reciclar debido a su compleja composición.

Imagen interactiva de elaboración propia

Alberto Vizcaíno, ambientólogo y autor del libro “Contenedor Amarillo S.A” expone que el sistema  SDDR sería muy beneficioso para el medioambiente y que la trazabilidad y recuperación de los envases sería más sencilla que con el actual SIG, ya que este sistema  “recoge envases uno a uno, lo que permite contabilizarlos y tener un control mucho más transparente sobre recuperación de los envases. Además, Vizcaíno manifiesta que el SDDR “facilita el reciclaje, ya que los residuos se entregan más separados que en el contenedor amarillo, lo que reduce los costes de tratamiento”.

Por otro lado, Xabi Aramendia, portavoz de Fridays For Future Bilbao, el movimiento social impulsado por la joven activista Greta Thunberg reconoce que este sistema tiene muchas ventajas: “beneficia al entorno, al municipio y a los comercios locales”, asimismo, reconoce que es una herramienta muy sostenible de cara a la transición ecológica.

Las personas que forman el grupo independiente de “Desastre Ecológico Ajalvir” también están a favor de implementar el SDDR, manifiestan que las botellas de vidrio podrían ser fácilmente reutilizadas sin tener que pasar por una planta de reciclaje. “El reciclado consiste en romper una botella para meter los trozos de vidrio en un horno a 1200 grados para fabricar otra botella igual” es lo que afirma este grupo de personas que tienen como objetivo que el pueblo de Ajalvir quede libre de contaminación de vidrio, un tema del que profundizaremos posteriormente.

En España, la organización “Retorna” propone que el SDDR se utilice para complementar al actual SIG con el objetivo de reducir los residuos y causar un menor impacto medioambiental, aunque actualmente su implantación es prácticamente nula.

 

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¿Qué es el Punto Verde?

Además, mediante este sistema se evitaría pagar la tasa del Punto Verde, que es lo que recibe Ecoembes por hacerse cargo de la gestión de residuos. Por otro lado, el Punto Verde se paga por todos los productos de empresas adheridas al SIG , aunque muchos de esos envases no entran en el proceso de tratamiento que gestiona Ecoembes porque no han sido depositados en el contenedor correspondiente. 

Sin embargo, Álvaro Otero, Coordinador de Asuntos Corporativos de Ecoembes, respecto a los residuos que se depositan en el contenedor de los restos, asegura que “Ecoembes intenta rescatar la máxima cantidad posible” aunque “no estamos obligados a ello porque nuestra responsabilidad exclusiva es el contenedor amarillo y la parte de envases de cartón y papel del azul”. Otero explica que se trata de una labor muy costosa que hacen de manera voluntaria para tratar de reintroducir esos residuos en la cadena de reciclaje, la parte que no se reintroduce en esa cadena se incinera o se deposita en vertederos controlados. En cambio, en el informe “Ecoembes Miente” de Greenpeace denuncian que muchos de esos residuos que no se reciclan terminan en vertederos ilegales o se exportan a otros países como Malasia de manera irregular.

Símbolo que incluyes los productos de empresas adheridas a Acombes. Fuente: Ecoembes.com

¿Quién paga?

Otra cuestión polémica sobre este asunto es saber quién se hace cargo realmente de estos costes de gestión de los residuos que se sufragan mediante el pago del Punto Verde. El coordinador de asuntos corporativos de Ecoembes afirma que mediante la “Ley 11/97 de 24 de abril, de envases y residuos de envases” son las empresas envasadoras las responsables de gestionar sus residuos siguiendo el principio de “quien contamina, paga”. Aunque Greenpeace denuncia que en realidad ese dinero para gestionar los residuos viene incluido en el precio de los productos, por lo que al final acaban siendo los consumidores los que sufragan ese gasto.

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Como hemos visto, el SDDR tiene ventajas y muchos defensores, aunque también tiene algunos detractores. Desde la “Plataforma SDDR.Info” denuncian que con este sistema tan solo se puede recuperar una cantidad pequeña de envases como son las botellas y latas de bebidas, aunque que tal y como expone Retorna en su página web, el SDDR es un sistema propuesto para complementar al SIG y no para sustituirlo en su totalidad.

Esta plataforma propone crear un nuevo Sistema Público de Gestión de Envases (SPG), con el cual la administración cobraría los gastos reales de reciclar los residuos a las empresas. Con este sistema, se cobrarían altas tasas a los residuos difícilmente reciclables como los briks, para incentivar a las empresas a utilizar otro tipo de envases más sostenibles. Además, sería la propia administración pública la encargada de gestionar los residuos.

Sin embargo, este sistema de gestión no se podría poner en práctica en la actualidad porque va en contra la “Ley 11/97 de 24 de abril, de envases y residuos de envases”. La actual ley expresa firmemente que la responsabilidad de la gestión de los envases es de las propias empresas envasadoras y no se puede transferir a la sociedad mediante la administración.

Planta de clasificación de residuos. Fuente: noticiastrabajo.es

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